Yo estaba feliz. Feliz como no lo había estado en mucho tiempo. El mundo de Dana se le venía abajo. Finalmente, se hacía justicia. Pero yo quería algo más. Todavía no era suficiente. Pensé que tenía que hacer algo.
Me dirigí a los baños y saqué un marcador de mi mochila. En el primer baño, dibujé un cuadrado con dos círculos. De los círculos salían líneas semejando un flash. Todos se darían cuenta de lo que era. No parencía exactamente una cámara, pero estaba lo suficientemente claro. Para completar, escribí DANA, SONRÍE, y le dibujé una carita feliz al lado.