Ralph dejó de mirarme y fijó la vista en otro chico.
—¿Qué crees, Scott... le damos un siete?
Scott me miró de arriba a abajo.
—¿Un siete? A lo mejor.
—En su mejor día, quizás —dijo otro chico.
—Ah, ¿en un buen día como el viernes?
—¿Cómo el viernes pasado? —completó Ralph.
Todos se echaron a reír otra vez.
—Todos ustedes son unos cerdos. —les dije.